domingo, 15 de mayo de 2011

EL ANONIMO Y EL ANONIMATO

                Sin duda, muchos de ustedes y nosotros, habréis o habremos recibidos anónimos. Internet, sin duda alguna, facilita esta ventaja, que aprovechan, los pocos hombres o fémina.
                El perfil sicológico de este personaje suele ser de persona, aunque parezca un contrasentido, que se cree,  y considera y hasta se auto califica públicamente como un valiente avalado por su cobardía. Suele ser, y un 99,99% lo es, una persona envidiosa, sin personalidad y carente de honradez. Es un individuo u individua, al que la vida no ha tratado bien y todo le ha salido mal, es dañino, rata (y que me perdonen las ratas) rastrero como serpiente ( y que me perdonen hasta las cobras), torpe, marioneta, carente de escrúpulos y carente de cultura.
                Su frase preferida suele ser …. “yo lo que pasa es que no quiero meterme en nada, que si no…”, lógicamente no quiere meterse en nada, pero como corralera de vecino, a la que se parece tela marinera, se mete en todo. De portera de bloque hubiese sido insuperable.
                Sus comentarios siempre son destructivos, negativos y carentes de veracidad u hechos que los avalen, es decir, escuchan, no comprenden y mal entienden las cosas y luego, añadiendo de su propia cosecha, larga todo y espera la reacción de su destinatario o víctima, para posteriormente, si sus objetivos se cumplen, que no son otros que, si lo haces en foros, se le añadan mas, o bien, si lo haces de forma “personal” el que lo recibe salte, seguir en la misma línea e inventarse nuevas cosas.
                Cuando son descubiertos, que suelen serlo, su defensa se asienta en que el no quería decir eso, sino que fulanito se lo dijo, y luego, para congraciarse se dedica en cuerpo y alma a criticar y poner a parir a fulanito, y por supuesto, rápidamente se vuelve tránsfuga.
                En fin, mejor estar alejados de ellos, no por miedo a lo que bajo su bandera pirata diga o se invente, sino porque se nos puede pegar su enfermedad cerebral que no es otra que estar carcomida por la polilla de la ignorancia y la envidia.
Serva Labari

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