domingo, 17 de abril de 2011

¡Y A LA VIRGEN DEL DULCE NOMBRE SE LE CAYÓ UNA LAGRIMA!

     Corría el mes de Septiembre, principios de Septiembre de 1996 y la Junta Asesora del Dulce Nombre, presidida por Juan Luis Quiroga, persona cuyo único defecto era ser UN HOMBRE BUENO, celebra un Cabildo General Extraordinario cuyo único punto en el orden del día era trasladar a la imagén de la Virgen a San Antonio para la celebración del triduo ya que la iglesia de San Lorenzo se encontraba en malas condiciones.

     El traslado que se proponía era hacerlo en andas, dinero no iba a costar ni un duro, y digo duro porque el euro aún o existía, las flores las abonaba el Gran Poder de igual modo que nos dcedía las andas, música no iba a llevar, en fin que de las arcas de la hermandad no salia ni una peseta.

     Llega la hora del cabildo, se rezan las preses de costumbre, se lee el acta del cabildo anterior y se hace la propuesta y se vota, el voto se pide que sea a mano alzada y así se hace, y cual no sería la sorpresa que gana el NO al traslado en andas, pero lo curioso no fue que saliese el no, lo curioso vino un año después.

     En fin, que se aprueba que la virgen sea trasladada a San Antonio en un camión, la excusa que se dá para justificar el no es que eso de jugar a los pasitos no esta bien visto por los hermanos que votaron de esa manera, pero yo creo que el verdadero objetivo de votar NO no era ese sino otro muy distinto y con otros propositos, pero en fin, para que recordar.

     La Junta Asesora observa que, a raíz de ese cabildo, todos los días hay una especie de observadores pendientes de cuando se va a hacer el traslado en el camión, quizás por aquello del morbo, y la Junta Asesora no está dispuesta a crearlo, y es una noche de Domingo cuando decide realizarlo.

     Para tal fin se le pidió a la hermandad de La Amargura un cajon que tenía preparado cuando realizó, unos meses antes, el traslado de su titular a unos talleres para una limpieza, y se contrató un camion de la empresa Amado Miguel. En el interior del templo, con el fin de prepararlo todo nos hallabamos solamente los miembros de la junta,y os puedo asegurar que no fue nada agradable ver a la Virgen del Dulce Nombre metida en un cajón por capricho de unas personas, y bien digo, por capricho.

    De todo lo dicho anteriormente quedó constancia escrita y fotografica y precisamente cuando se realizaban las fotos, con la señora dentro del cajón fue CUANDO A LA VIRGEN DEL DULCE NOMBRE SE LE CAYO UNA LAGRIMA, y he citado textualmente, se le cayó una lagrima. Quizás a ELLA tampoco le gustó verse así.

Serva Labari



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